miércoles, 14 de diciembre de 2011

DE ASENTAMIENTO INDÍGENA A CIUDAD.

Pujilí en sus inicios fue un asentamiento indígena, los pobladores se dedicaban a fabricar sogas, tomando como materia prima la cabuya, y cerámicas o juguetes de barro; de su trabajo viene el nombre de PUXILIE o PUJILEO; que vienen de lenguas nativas cuyo significado es olor a soga o cabuya Y/O casa de juguetes.
Pero el salto en el tiempo de un asentamiento, a ser una ciudad comercial, cultural y gastronómica de renombre nacional, es muy significativo, mas aun tomando en cuenta que ha tenido que soportar un terremoto que casi destruye por completo la arquitectura colonial.
El progreso que se ha visto nos da augurios de que el pujilinece es una persona valiente, de empuje, que no se deja vencer por las adversidades, es una persona positiva, que todavía confía en los demás, que es generoso, atento y educado; la gente cálida, amable y muy alegre.
Claro que para llegar a esto también Pujilí ha tenido sus momentos de transición, uno de ellos cuando fue declarada ciudad educadora, potencial científico, gracias al Instituto Pedagógico Belisario Quevedo, de sus aulas han salido varias generaciones de educadores que hoy están regados por varias instituciones primarias, secundarias y universitarias del país sin olvidarnos de El Emporio Musical, ya que el Conservatorio Inés Cobo Donoso llego a ser uno de los más importantes del país brindando música, añoranzas, alegrías a todo el país con los músicos, compositores y artistas; otro momento importante, 1947 cuando se inicio la construcción, de la que sería la primera carretera en unir la sierra con la costa, Pujilí-La Mana-Quevedo, esta época hizo de Pujilí una ciudad con hoteles, restaurantes, gasolineras, desde el casco urbano hasta La Mana, en ese entonces todavía parte de Pujilí.
Hoy tenemos un Pujilí muy comercial, que tiene cada vez mas habitantes, que consideran a Pujilí una ciudad residencial, y lo es,  para habitar y disfrutar, no solo de su tierra, si no de su gente y su paz, es por eso que hace 30 años atrás, el casco urbano de Pujilí no pasaba de el barrio Jesús de la Buena Esperanza, el cementerio, el Sinchaguasin y el barrio Rosita Paredes, que apenas se estaba formando, la avenida Velasco Ibarra y el Parque, hoy en día hay nuevas urbanizaciones, nuevos barrios que ya son parte del casco urbano.
Otro momento de trascendencia fue el terremoto que obligo a mucha gente a migrar, que mato a muchos, pero de la pena y el dolor de ver sus viviendas, sus recuerdos, destruidos; y a muchos nos obligo a ser mas valientes, a ser mas luchadores, a ser mas huilenses, a quedarnos velando por el ideal de que la tierra del danzante reaparezca nuevamente en el mapa.
Hoy Pujilí está lleno de gente joven que no se olvidan de sus orígenes, que no quieren ya llevar algo de Pujilí al mundo, si no que más bien quieren que el mundo llegue a Pujilí, jóvenes emprendedores que laboran en muchos lugares del país y el mundo, pero que su corazón está siempre aquí.

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